Hoy, es raro. Hay ciertas cosas que me perturban y me llenan de desconcierto. Doy gracias que no es causado por mis sentimientos, sino por una parte de mi que indudablemente todavía no conozco.
Hay cierta calma en el lugar, con mis hamburguesas y Ximena cantándome en los oídos. Entonces es cuando me pongo un poco pensativo, formulando las ecuaciones que nunca despeje y las dudas del "porque existencial".
De pronto, me invaden las ganas de escuchar el mundo, y en este mismo instante que escribo, me voy al balcon a matarme un poco con humo.
Al final, se me fueron las ganas a medio cigarrillo, como las ganas de escribir. No se porque.
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